lunes, 14 de septiembre de 2009

Estultas opiniones

Tras pasar un curso aceptable en el instituto Doctora Teresa Nadora, Marckopole volvió a repetir en dicho centro, confiando preparar con tranquilidad las próximas oposiciones, aprobarlas, es decir, conseguir la plaza y dejar de examinarse.
Por otra parte, sobre el ámbito de la Enseñanza Secundaria, del que algo entiende nuestro profesor, a veces escucha opiniones que le encorajinan. En realidad, uno debería calmarse y desdeñarlas como haría Schopenhauer, aunque oyendo tales afirmaciones a Marckopole no le extraña que la Enseñanza Secundaria esté en tan lamentable situación.

En cierta ocasión, nuestro profesor estaba hablando con un personaje sobre la crisis que golpea a España. Marckopole afirmó que era necesaria una profunda reforma del sistema educativo establecido por : los gobiernos del PSOE desde octubre de 1990 (LOGSE), retocada mínimamente por el PP en diciembre de 2002 (LOCE) , suspendida esta ley en 2004 y una nueva ley del PSOE en mayo de 2006 (LOE, es decir, 2ª versión de la LOGSE). La legislación actual no promueve el esfuerzo, pues un alumno acabará pasando al curso siguiente, ya que sólo se puede permanecer dos años en el mismo curso. El personaje decía que, probablemente entre los alumnos actuales el esfuerzo no es una actitud que sea importante para ellos. Entonces, se pregunta Marckopole: ¿Cómo van a conseguir el graduado en ESO? (hasta el nombre es feo) ¿Se les otorgará por antigüedad en el centro, generosidad del profesor o mediante decreto ley? Tal vez. ¿Mediante el estudio? ¡Ni hablar!

Tampoco el personaje que conversaba con Marckopole le parecía grave que los alumnos pasasen de curso con una buena cantidad de materias suspensas, pues así se seguían “socializando” con sus compañeros. Además, el personaje aducía vehemente que con el anterior sistema educativo “vete tú a saber la cantidad de chavales que se pusieron a esnifar pegamento o se convirtieron en drogadictos por que no les pasaron de curso”.
La verdad es que Marcko ignoraba las “nefastas” consecuencias de suspender y no pasar de curso al no existir en aquella época ( hace 15 ó 20 años) la “promoción automática”, que en lengua veneciana viene a ser : “paso de curso porque ya estuve 2 veces haciendo el mismo y aunque haya suspendido más materias que la primera vez no pasa nada. ¡No voy a estar repitiendo hasta que me jubile!”
Nuestro profesor no recuerda a nadie que le diera por autodestruirse porque el sistema educativo no le permitiera pasar de curso por sus deméritos. En cambio, si le viene a la cabeza los casos de alumnos que decidieron ponerse a trabajar, pasarse a la Formación Profesional de primer grado (2 cursos), hacer el servicio militar como voluntario o cambiarse de instituto. Marckopole estima que estas decisiones no supusieron un deterioro neuronal considerable.

Asimismo, el pagano de la enseñanza insistía en que el profesor “ está para servir al margen de cualquier ley que establezca el gobierno de turno”. Marcko disiente. El profesor estará para enseñar, dar clase. No se pone al servicio de nadie. ¿Cómo no va a ser importante la ley? ¿Acaso es lo mismo una ley que te permite ir a 140 km/h por la autopista que otra que restringe la velocidad hasta los 100 km/h? ¿Es lo mismo una que permite votar a los mayores de 18 años que otra que lo eleva a los mayores de 21? ¿Es igual una ley que consiente que las mayores de 16 años aborten que otra legislación que lo prohíbe?

La ley actual obliga a los alumnos a permanecer en las aulas hasta los 16 años, quieran o no. Además, pueden estar hasta los 18 si lo desean y, claro, se lo pasan tan bien que allí se quedan. Si el alumno no quiere estudiar pero es tranquilo, estará en clase como un mueble y perderá su tiempo. En cambio, si es inquieto, procurará molestar y hacer perder el tiempo a los demás. ¿Por qué no darles alternativas a los 14 años y que accedan a una Formación Profesional, al aprendizaje de un oficio o a una vía hacia el Bachillerato?
Por otra parte, los contenidos de la ESO son asequibles para la inmensa mayoría, pero hay que estudiar, hacer los ejercicios, comportarse en clase, tener interés... Bajando la exigencia a niveles subterráneos no traerá más que indolencia y que los alumnos salgan de los centros sabiendo cada vez menos y que haya una caída en el nivel cultural (tampoco esto le importaba al personaje en cuestión). Eso sí, serán consumidores manipulables sin sentido crítico (ideal para gobernantes sin escrúpulos). ¡Qué pena!

Probablemente estas opiniones de un personaje ajeno a la enseñanza y, aparentemente, al sentido común, suenen como lo que son : opiniones. El opinante (tertuliano, colaborador, contertulio, invitado...) es un sujeto que aparece en bastantes programas de televisión y, que tan pronto habla “ex catedra” de la enseñanza como de la vida de las marmotas en los Alpes para seguidamente pasar a comentar la vida de los uigures en China o acaba debatiendo las reglas del fútbol australiano.

Sin embargo, es chocante toparse con individuos con puestos en la administración educativa (apartados ya de la tiza aunque nunca aprobaron la oposición) que claman contra los profesores que bajan nota a los alumnos con faltas de ortografía. Exponen que “ si su hijo aspira a un 10 (gran aspiración) no debería valorarse las faltas a no ser que fuera un examen de Lengua española”. ¿Habrá que escribir correctamente en todas las materias? Parece que no. Es exigir demasiado. ¡Vaya con los profesores quisquillosos! Si un alumno escribe :
“ Estava aciendo el egercicio y no pude copiar la lecion. Es pero que por aber yegado tarde no baya a usted a crer que soi inpuntual” ¿Quién no le entiende?
Unos alumnos de Franz Jozef, colega de Marckopole en el Teresa Nadora, suspendieron Filosofía en 1º de Bachillerato por las faltas de ortografía, pero ¡he aquí el milagro! ¡En la 2ª evaluación pusieron cuidado en la ortografía y sacaron mejores notas!

En fin docentes, que no decaiga el ánimo y que se mantenga el rigor y el sentido común en la enseñanza, a pesar de la presión que intenta ejercerse desde distintos ámbitos (psicólogos, orientadores, pedagogos, demagogos, inspectores, maestros....) Urge alcanzar un acuerdo para tener una enseñanza de calidad para que los alumnos sepan resolver problemas en la vida. Pasando de curso con 3 o más materias suspensas, regalando un título vacío de contenido sólo contribuirá a falsear una estadística, engañar a los alumnos, a sus familias y a las conciencias docentes.

1 comentario:

Alfonso dijo...

Marcko, soy Alfonso (disculpa que me delate, no sé mi nombre en clave, ni tan siquiera si lo tengo) Hacía mucho que no te leía, y más que no nos vemos. Tendremos que hacerlo más pronto que tarde, si es posible no solos, sino con algún cándido de buen corazón cuyas opiniones describes a ver si lo curamos. Es inevitable, hay que ser beligerante.
Hablando de otra cosa, yo también tengo mi blog, la direcció es http://al-alretortero.blogspot.com.
Hasta pronto